Yo soy
el color de la sangre
la negra noche
de sueños perforados,
pájaro que aprehendió sus alas
en el cautiverio del ocre,
la libertad nos carga sobre sus alas
a nosotros, los prisioneros,
los que en carencia
sentimos hambre,
y conocemos el vahído
de ir hundiéndonos,
suplicio,
litigios,
cerrojos,
el puño que nos aprieta
la garganta como a un aro frío.
El sol aúlla
su fiebre de eclipse,
y la muerte nos arroja
su tentación.
E. R. Aristy
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