Al maestro y amigo
Eduardo León de la Barra
Peldaño,
tras
peldaño,
descalzo
asciende,
un corazón
encendido.
En lo más alto
de La Poesía,
se engarza
vivo
el paraíso
de tus pupilas;
ves al revés
de los espejos
que me mutilan.
Y subo,
en mi descenso,
subo verso,
tras verso...
Mi oscuridad,
mi finitud siena,
en la preñez florida de tu luz,
se posa, ave trémula,
desposeída del querer residir
en un enconmio dulce,
tan distante a mi dilemma
de existir en la opacidad
de las más callada arena.
E.R. Aristy
peldaño,
descalzo
asciende,
un corazón
encendido.
En lo más alto
de La Poesía,
se engarza
vivo
el paraíso
de tus pupilas;
ves al revés
de los espejos
que me mutilan.
Y subo,
en mi descenso,
subo verso,
tras verso...
Mi oscuridad,
mi finitud siena,
en la preñez florida de tu luz,
se posa, ave trémula,
desposeída del querer residir
en un enconmio dulce,
tan distante a mi dilemma
de existir en la opacidad
de las más callada arena.
E.R. Aristy
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